lunes, 30 de enero de 2012

Potosí

Potosí es una ciudad hermosa. Sus calles, las casitas, el centro... todo es una belleza. Nosotros llegamos a las 6 de la mañana con lo cual nos costó conseguir hostel.

Sin embargo conseguimos uno increiblemente bello, con la mejor ducha de todo el viaje (en Bolivia es muy difícil conseguir baños con buena ducha y agua caliente), pero que no estaba dentro del presupuesto que veniamos manejando. Así y todo, era barato para lo confortable que es. La pieza doble, con baño compartido salía 140bs, pero la conseguimos a 110bs. El hostel, "Carlos V" cuenta con PC con internet, cocina bien equipada, dos baños con excelente ducha, camas de plaza y media comodísimas, comedor con techo de vidrio, sala con tv plasma y home theatre y una excelente ubicación, a media cuadra de la plaza principal, sobre calle Linares y Boulevard.





La calle Sucre (que es la continuación de la calle Boulevard en sentido norte, comenzando a dos cuadras de Linares) está llena de tiendas, y en la esquina con Omiste se encuentra el mercado artesanal, que no es muy diferente del resto de las tiendas de la calle, excepto porque allí venden instrumentos musicales.


En Potosí visitamos las minas de la cooperativa de mineros. Es una experiencia rarísima. Por un lado es tremendo estar allí, observando como hombres trabajan en las peores condiciones laborales que jamás ví, al tiempo que un señor va relatándote las penurias de estos trabajadores tratando de teñir todo con un cierto misticismo cultural. Es raro. Sin embargo la experiencia, digamos, física es increíble. Estar dentro de un cerro, bien adentro, metros abajo, recorriendo túneles sin una gota de luz, más que la que llevás en la frente, es bastante impactante. La excursión nos costó 50bs cada uno, y vale la pena hacerla.

De allí viajamos nuevamente a Villazón, para emprender la retirada, o sea, la vuelta a casa. Viajamos unas 9 horas y cada pasaje nos costó 50bs.

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